El Real Madrid se juega este domingo el dejar la Liga Santander vista para sentencia. No lo tendrá nada fácil. Los blancos afrontan una de las salidas más complicadas de la temporada, por la envergadura del rival, un Sevilla que viene cuajando una gran temporada en la competición, a pesar del bajón de los últimos meses, y por las designaciones arbitrales para el partido. Guillermo Cuadra Fernández será el encargado de dirigir el choque, asistido en el VAR por el siempre polémico Iglesias Villanueva.
El conjunto madridista se teme una nueva encerrona y no es para menos. El CTA ha colocado al frente de uno de los partidos que puede decidir el campeonato a un colegiado con el que los de Ancelotti no han ganado esta temporada. Dos partidos ha pitado este curso el trencilla del colegio balear al Madrid, con resultado de empate y derrota para los blancos. Todo lo contrario que frente al Sevilla, que en toda la carrera del colegiado en Primera ha ganado en siete ocasiones y perdido sólo en una.
Los blancos perdieron contra el Espanyol en Barcelona por 2-1, en uno de sus peores partidos del curso y, jornadas antes, no pudieron pasar del empate a tres ante el Levante. Aquel partido estuvo marcado por un posible penalti no señalado sobre Jovic, en una acción en la que el delantero serbio fue sujetado por dos jugadores granotas. Ni Cuadra, ni desde el VAR consideraron que fuese merecedora de pena máxima.
Además, el colegiado a estado al frente de la Sala VOR en dos ocasiones este curso contra los blancos. En una de ellas, en el empate a cero ante Osasuna, se le pasó por alto un penalti clamoroso de Torró sobre Vinicius Junior. El jugador rojillo llegó tarde y, una vez que el brasileño centró, le pisó el tobillo en el área.
Al frente del VAR estará otro viejo conocido de los madridistas. Iglesias Villanueva, uno de los colegiados que se dedica en exclusiva al videoarbitraje, será el encargado de revisar cada acción que suceda en el Sánchez-Pizjuán. Y desde el conjunto blanco esperan que lo haga con mayor destreza que en las últimas ocasiones.
El colegiado fue quien permitió en la jornada 24 la cacería a Vinicius en La Cerámica. Iglesias Villanueva no avisó en aquel encuentro a Sánchez Martínez para que acudiese a revisar la agresión de Albiol sobre el brasileño, que le propinó un codazo intencionado en la cara, así como tampoco la colleja de Parejo, que fueron acciones merecedoras de roja. Además, la temporada pasada fue protagonista de otro escandaloso arbitraje, el de Mestalla ante el Valencia, en el que se concedió un gol con falta previa, se pitaron tres penaltis en contra de los blancos cuando sólo uno fue y, además, mandó repetir saltándose el reglamento uno de ellos que se había errado.
El Sevilla trata de condicionar el encuentro
Por si fuera poco, el Sevilla ya ha comenzado a preparar su papel de víctima ante el Real Madrid. Pepe Castro, presidente de la entidad hispalense, ha sembrado la duda sobre la imparcialidad de los colegiados en los días previos al enfrentamiento entre ambos, deseando que «los dos equipos dispongan de las mismas posibilidades», antes de afirmar que está en constante contacto con Luis Medina Cantalejo, presidente del colectivo arbitral: «Igual que lo llamo yo, lo llamarán otros presidentes».
El mandatario sevillista se considera perjudicado por los arbitrajes ante el Real Madrid, llegando a desear que «los árbitros no decidan los partidos». Obvia Castro lo sucedido el pasado año en el Di Stéfano, donde permitieron que su equipo sumase un punto a costa de rectificar sobre un penalti claro sobre Benzema para pitarles uno a favor por la famosa mano de Militao y al no decretar uno en la última jugada del partido sobre Casemiro.
Cabe recordar que los últimos duelos de los madridistas y los sevillistas han estado marcados por las polémicas palabras de los dirigentes del club andaluz. En el último, Monchi se refirió a su «prima» para contestar a unas quejas de Butragueño, mientras que en 2020 amenazó con «sacar al equipo del campo» después de que les anulasen un gol por una falta sobre Militao pero les permitiesen otro tras tocar el balón en la mano de Munir.
